Muchos alumnos tienen dificultades de aprendizaje debido a este trastorno, pero con un mayor apoyo de sus profesores pueden tener éxito.
Entre el 5 y el 7% de los niños y adolescentes padecen TDAH. Con estas estadísticas, es probable que haya un alumno con este trastorno en cada aula de primaria y secundaria.
El TDAH se define como un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la evolución y al desarrollo cerebral de la persona afectada. Es posible que esto provoque un proceso de aprendizaje más lento y que se manifieste en forma de hiperactividad, impulsividad, falta de atención o dificultades en las tareas escolares.
El cerebro funciona de forma diferente para los afectados, aunque la gravedad y los síntomas de comportamiento resultantes varían entre los que padecen TDAH. En general, los síntomas cognitivos son más comunes, aunque la falta de atención es también un efecto secundario típico.
Existen tres tipos de TDAH: el de presentación inatenta, el hiperactivo-impulsivo y el combinado. El primero implica más síntomas cognitivos y, por tanto, puede ser más sutil. Cuando hay síntomas conductuales con esta forma de TDAH, suelen presentarse en forma de falta de atención. El TDAH hiperactivo-impulsivo se caracteriza por síntomas más visibles, como la hiperactividad y la impulsividad. Con estos efectos conductuales, se puede detectar más fácilmente en una fase más temprana. Por otro lado, el TDAH combinado implica síntomas interiorizados, como la dificultad de atención, y síntomas exteriorizados, como la hiperactividad y las decisiones impulsivas.
Dado que este trastorno es tan común en las aulas, los profesores deberían estar equipados con algunos conocimientos para detectar los síntomas y proporcionar la ayuda necesaria al alumno. En primer lugar, los profesores pueden estar atentos a las señales de alarma. Estos pueden incluir hiperactividad, impulsividad, unirse a otras conversaciones y tener problemas para escuchar cuando se le habla.
Si se reconocen estos síntomas, los profesores pueden comentar sus observaciones con los demás profesores del alumno, así como consultar con el departamento de orientación. El siguiente paso sería reunirse con los padres para evaluar y crear un plan de apoyo al alumno. Lo más importante es que los profesores animen al alumno en el aula mediante una relación positiva. Esto incluye mostrar interés en su trabajo, proporcionarle ayuda adicional si la necesita y animarle a volver a concentrarse. A menudo no pueden controlar las acciones que se derivan del trastorno, por lo que es importante proporcionarles apoyo adicional. El reconocimiento de su buen trabajo también puede ayudar a aumentar su autoestima.
Además, hay una variedad de actividades divertidas para ayudar específicamente a estos estudiantes con TDAH. En primer lugar, fomenta las pausas cerebrales en el aula. Esto permitirá que el estudiante tenga tiempo para volver a concentrarse. Estos pequeños descansos sólo tienen que ser de tres a cinco minutos y pueden adoptar la forma de un juego de tres en raya, un baile rápido o cantar una canción. Además, las actividades como los laberintos, las sopas de letras y los rompecabezas mejoran las funciones ejecutivas. En concreto, fomentan el desarrollo del córtex prefrontal. La escucha activa también es muy importante para los profesores. Mostrar interés por el alumno y prestarle atención puede ser muy impactante para él. Esto creará un ambiente seguro para que el estudiante aprenda y crezca a pesar de las luchas con el TDAH.
Hay un par de otras estrategias que pueden fomentar un mejor proceso de aprendizaje para estos estudiantes. La primera es el uso de una agenda, que puede ayudarles a organizar sus tareas. Como su profesor, es probable que tengas que explicar cómo utilizar la agenda para promover la organización exitosa de las tareas en el futuro. Los proyectos cooperativos también pueden ser muy beneficiosos para estos alumnos. Es una oportunidad para que se centren en la atención, las relaciones sociales y el aprendizaje autorregulado. Además, los alumnos pueden practicar la tolerancia, el lenguaje oral y la escucha de otros estudiantes.
Aunque las asignaciones y tareas básicas del aula pueden ser más difíciles para los alumnos con TDAH, es crucial y tiene un gran impacto cuando los profesores les proporcionan apoyo. Al crear un entorno en el que todos los alumnos puedan crecer y aprender, a pesar de las dificultades añadidas, los profesores pueden fomentar el éxito futuro.
Para aprender más sobre cómo crear un sistema educativo que apoye a todos los estudiantes, la Universidad Internacional Iberoamericana (UNINI Puerto Rico) tiene una variedad de programas universitarios. Uno de estos cursos es la Maestría en Educación con especialidad en Organización y Gestión de Centros Educativos.
Fuente: Conocer el TDAH: qué es, pasos a seguir y consejos para docentes
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