El entrenamiento de fuerza es vital para la construcción muscular y mejorar el rendimiento atlético.
Sin embargo, tanto deportistas como profesionales del deporte suelen buscar diferentes estrategias que aceleren la recuperación y reduzcan la fatiga y el dolor muscular. Una estrategia ampliamente utilizada es sumergirse en agua fría después del ejercicio, conocida como inmersión en agua fría (CWI por sus siglas en inglés).
Un estudio publicado en el Wiley Online Library sostiene que, la exposición extrema a temperaturas, como es el caso de la inmersión en agua fría, se ha utilizado para disminuir el dolor muscular, la fatiga percibida y el tiempo de recuperación en el ámbito deportivo y de entrenamiento de fuerza. Aunque se argumenta que estas terapias en frío buscan reducir la inflamación después del ejercicio, las pruebas evidencian que el tratamiento no reduce de manera más efectiva los marcadores de inflamación en comparación al ciclismo a baja intensidad, ni mejorar la recuperación de los daños musculares causados por ejercicios excéntricos.
Beneficios de la inmersión en agua fría tras el entrenamiento
En lo que respecta al CWI, se ha notado una mejora en la recuperación y desempeño en ciertos tipos de deportes o entrenamientos, aunque no siempre es el caso. Estudios recientes sugieren que la aplicación de CWI después de un ejercicio intenso puede ofrecer efectos positivos en la recuperación vinculada al rendimiento. Sin embargo, es importante señalar que los resultados de los estudios sobre CWI están influenciados por múltiples factores, como el tiempo de evaluación, la naturaleza del ejercicio y el protocolo utilizado. Por ende, es crucial interpretar con precaución estos hallazgos.
Aunque los atletas utilizan comúnmente el CWI para mejorar la recuperación y el rendimiento físico a corto plazo, esta técnica podría tener un impacto negativo en las adaptaciones crónicas del entrenamiento de fuerza. Tanto revisiones narrativas como meta-analíticas sugieren que el CWI tras el entrenamiento puede inhibir el desarrollo de la fuerza absoluta y la potencia muscular. Debe tenerse en cuenta que estos efectos pueden variar según el tipo de entrenamiento y los objetivos buscados.
En resumen, la inmersión en agua fría después del ejercicio mejora la recuperación inmediata y el rendimiento a corto plazo en el deporte. No obstante, existen preocupaciones sobre los efectos prolongados del CWI en las adaptaciones musculares a largo plazo. Debido a las diferentes variables y resultados a considerar en relación al CWI, resulta necesario evaluar su aplicación de forma individualizada dentro de un programa de entrenamiento. En todos los casos, se recomienda buscar la orientación adecuada de un profesional especializado que considere las necesidades específicas de cada persona.
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