La ciberfatiga es un fenómeno que nos vuelve más vulnerables en el internet.
La ciberfatiga es un nuevo fenómeno que nos vuelve más vulnerables en internet. Existen ciertas medidas de seguridad que todos deberíamos de adoptar para navegar de manera segura en internet. Por ejemplo, utilizar distintas contraseñas para distintas plataformas, sitios webs o redes sociales. Asimismo, cambiar dichas contraseñas con cierta periodicidad. Además, establecer contraseñas que cumplan con los requerimientos de seguridad.
Todas estas medidas de protección pueden producirte flojera, frustración, pereza o cansancio. Si es el caso, estás sufriendo de ciberfatiga o fatiga por ciberseguridad.
¿A qué se debe la ciberfatiga?
El hastío puede llegarnos de muchas formas. Puede ser atribuible al exceso de confianza que resulta estar tan informados sobre la seguridad en internet, según los estudios clásicos.
Andrew Reeves, investigador del grupo de aspectos humanos de la ciberseguridad de la Universidad de Adelaida (Australia) ofrece algunas opiniones al respecto. El sugiere que la autocomplacencia o conformismo de parte de las personas es una respuesta comprensible y válida pero insuficiente.
Las empresas, con el objetivo de mantener los datos corporativos seguros, proveen una infinidad de formaciones y recomendaciones sobre el tema. “La gente está siendo entrenada con tanta frecuencia que se cansa de escuchar lo mismo y se harta de que le digan qué tiene que hacer. Así que su comportamiento comienza a empeorar”, declara el experto. Ahora más que nunca somos propensos a padecer de esta ciberfatiga. El teletrabajo y las reuniones online se suman a la lista de preocupaciones de navegar por internet.
¿Es posible evitar la ciberfatiga?
Las tendencias en cuanto al cibercrimen están incrementando cada vez más. Por lo tanto, no es posible evitar la ciberfatiga. «En casa, cuando entras en tu cuenta del banco es tu responsabilidad. En el trabajo, especialmente en empresas más grandes, es fácil pensar que es problema de otro”, puntualiza el investigador.
Uno de los problemas es que los cibercriminales conocen nuestras debilidades. Gracias a esto, se aprovechan de ellas y lanzan ataques cada vez más frecuentes. “Especialmente el caso del phishing (suplantación de identidad), porque saben que la gente está cansada y no está pensando con claridad” precisa Reeves.
Sin embargo, no por eso debemos rendirnos y volvernos más vulnerables ante tales situaciones. “Es importante saber qué está causando la ciberfatiga”, advierte el investigador. Puesto que cada razón exige un tratamiento distinto, un mal diagnóstico puede acabar por agravar la situación. Si el problema está en el exceso de formación, intentar resolverlo con más entrenamientos no hará sino engordarlo. Del mismo modo, si la predisposición es buena, pero el problema está en los sistemas de prevención, aumentar los contenidos educativos no solucionará nada.
Para conocer más acerca de medidas de protección en internet, puedes lograrlo accediendo a los programas ofrecidos por UNINI. Uno de los cursos impartidos es la Maestría en Dirección Estratégica con Especialidad en Tecnologías de la Información
Fuente: ‘Ciberfatiga’: por qué nos cansamos de tomar precauciones en internet y cómo permanecer alerta
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