En la actualidad, las empresas buscan prosperar y adaptarse a cambios vertiginosos y a menudo se enfrentan a situaciones complejas y volátiles. Ante estos cambios, los gestores de proyectos también deben ser capaces de evolucionar.

El entorno actual es denominado como V.U.C.A., el cual es el acrónimo de volatility, uncertainty, complexity y ambiguity, esto es, volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. El concepto VUCA se remonta a la Guerra Fría, nacido en la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos durante los años 90. Al caer la Unión Soviética y el muro de Berlín, el mundo entró a un estado de incertidumbre y complejidad. Luego, los atentados de 2001 y la crisis económica de 2007 fundamentaron el significado de este concepto, puesto que describe adecuadamente el tiempo que se vivía. 

A raíz de lo anterior, surgió el modelo de gestión VUCA, para entornos complejos, volátiles, impredecibles y ambiguos. Su finalidad es preparar a los gestores para una realidad nueva, en la que es indispensable tener una gran capacidad de reacción. Este modelo se funda en dos pilares que dividen el área en cuatro partes y dichos pilares son: 

1. Pilar del conocimiento: en este pilar se mide cuánto se conoce sobre la situación actual. 
2. Pilar de predictibilidad: responde a la siguiente interrogante, ¿hasta dónde es posible predecir el resultado de las acciones que se toman?

Las cuatro partes que dividen los pilares  

1. Volatilidad: como líder o gestor de proyectos es indispensable estar siempre atento a los cambios que se generan constantemente, debido a que algunos de ellos alteran lo mínimo, mientras que otros pueden alterar rotundamente el mercado. En situaciones como esta, se debe evaluar la competencia y a los clientes. Es necesario cuestionarse lo siguiente ¿qué efectos tiene para nuestro proyecto u organización? 
2. Incertidumbre: se conocen las causa y consecuencias de los cambios que se generarán, no obstante, no es posible predecir qué resultados arrojarán los planteamientos que se realicen. Es necesario escuchar a todos los miembros del equipo para formar un panorama amplio de la situación. 
3. Complejidad: se produce cuando las entidades se internacionalizan y constantemente se enfrentan a escenarios complejos, debido a la diversidad de culturas y escenarios políticos o financieros. No obstante, se requiere tomar decisiones y de líderes que puedan asumir determinados riesgos; apoyarse en metodologías digitales y herramientas prácticas que hagan posible gestionar conflictos complejos y priorizar los más urgentes. 
4. Ambigüedad: se presenta cuando se dan situaciones ambiguas y no se tiene precedentes de ello. Por ejemplo, cuando una entidad intenta ingresar a un mercado muy inmaduro. Tener la capacidad de adaptarse de forma rápida a las situaciones ambiguas puede ser una gran herramienta para enfrentar dichas situaciones. 

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Fuente: Entornos VUCA: gestión de proyectos en un mundo cámbiate