El comienzo del año 2024 en España ha sido marcado por una grave problemática relacionada con el mal uso y desecho de plásticos.
El vertido indiscriminado de pequeñas piezas de plástico conocidas como «pellets» en las playas de Galicia ha resultado en una invasión de polímeros que está afectando no solo las costas, sino también el ecosistema marino y terrestre de todo el país. Esta contaminación ha generado la necesidad urgente de adoptar medidas adecuadas para manejar los residuos plásticos, ya que es necesario actuar rápidamente para evitar más daños en la naturaleza y la salud humana.
El problema del plástico no se limita a España, sino que se extiende globalmente. Su presencia y su impacto negativo se observan prácticamente en todas partes del planeta. José Luis García, responsable del programa de mares de WWF, resalta la importancia de abordar esta situación con urgencia, afirmando que cuanto más investigan, más se percatan de la presencia y el impacto negativo del plástico en la naturaleza y la salud.
En respuesta a esta crisis mundial, se espera que a finales de este año se concrete el primer tratado internacional contra la contaminación del plástico. Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿es posible combatir la contaminación sin reducir la producción mundial del plástico? Sheila Aggarwal-Khan, directora de la división de Industria y Economía del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), sostiene que la reducción en la producción de plástico es fundamental, especialmente en aquellos polímeros que no son reciclados adecuadamente o que se utilizan en productos de vida corta y otros elementos problemáticos.
No hay un acuerdo en la reducción de la producción del plástico
Aunque esta solución parece obvia, en la última reunión del comité intergubernamental vinculado al Pnuma, los países más dependientes del petróleo, principal materia prima del plástico, se mostraron renuentes a limitar la producción. Este desacuerdo pone en riesgo el avance del tratado y revela las diferentes posturas existentes. A estos desafíos se suma la incertidumbre de poder concluir el acuerdo antes de finales de 2024, lo cual genera el temor de no resolver este debate.
La crisis plástica es inminente y requiere la colaboración y responsabilidad de todos los países para frenar esta invasión destructiva al medio ambiente. Las próximas reuniones oficiales en Canadá y Corea del Sur serán clave para lograr un consenso y establecer medidas innovadoras para la gestión de residuos plásticos. El tiempo corre y es crucial alcanzar un acuerdo completo este próximo año para trabajar de manera conjunta, reducir la producción de plástico y asegurar un futuro más sostenible para nuestro planeta.
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Fuente: La crisis de los ‘pellets’ pone en el punto de mira la invasión planetaria del plástico
