Científicos argentinos identifican bacteria que puede neutralizar el impacto de un herbicida
La atrazina es un herbicida que, de acuerdo a la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, puede causar defectos de nacimiento en animales y daño al hígado, corazón y riñón cuando un organismo es expuesto a altas concentraciones de ese agente químico. Debido a su toxicidad, su uso ha sido prohibido en Europa, pero en Latinoamérica y Estados Unidos se sigue utilizando. La atrazina puede contaminar las aguas superficiales y subterráneas, por esa razón en Argentina, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) identificaron una bacteria del género Arthrobacter que tiene la capacidad de degradar la atrazina.
De acuerdo a los investigadores encargados del proyecto, se han realizado evaluaciones para identificar técnicas de biorremediación que permitan utilizar seres vivos para descontaminar las aguas superficiales que pudieran resultar contaminadas con atrazina. Romina Bachetti, investigadora de la UNVM, explicó que su trabajo está orientado a “evaluar la contaminación de ambientes acuáticos por el uso de herbicidas organoclorados y el estudio de estrategias para descontaminar esos ambientes”.
Las pruebas de laboratorio realizadas hasta el momento han permitido identificar una bacteria del género Arthrobacter que es capaz de consumir la atrazina y degradarla, ayudando a eliminarla de las aguas contaminadas. Las pruebas realizadas hasta el momento demuestran que es posible utilizar las bacterias en aguas subterráneas, pero en aguas superficiales todavía no se ha desarrollado un método que permita erradicar los contaminantes de forma segura. Bachetti indica que se está trabajando en métodos para limpiar los ríos contaminados, pero se requiere intervenir el curso de agua para que la limpieza sea efectiva.
Las primeras investigaciones que se han realizado en la región de Córdova, en Argentina, permitieron identificar rastros de atrazina en las aguas superficiales de arroyo Cabral, arroyo Tegua y el río Tercero, hasta el Carcarañá.
La investigadora indicó que la biorremediación permitiría descontaminar las aguas superficiales evitando utilizar agentes químicos, y por tanto se realizaría la eliminación de la atrazina sin atacar a otros organismos vivos del medio ambiente. El uso de la bacteria permitiría actuar en zonas contaminadas sin causar mayores daños al medio ambiente.
Bachetti explicó que para realizar la biorremediación inmovilizan las bacterias en perlas de un polímero donde se realiza la biorremediación, luego se retiran las perlas, que posteriormente podrían ser utilizadas para tratar aguas contaminadas en otra región.
Los estudianes de la Maestría en Gestión y Auditorías Ambientales reciben la formación que les permite aplicar estrategias de remediación de ambientes contaminados.
Foto: RDCOM