El envejecimiento poblacional es una realidad en aumento en todo el mundo, con ello, surge la necesidad imperante de combatir las enfermedades asociadas a la vejez, como la fragilidad. Para contrarrestar este fenómeno, se ha investigado exhaustivamente el papel del ejercicio físico en la mejora del bienestar en los adultos mayores. Mientras que el ejercicio supervisado ha sido el foco principal de estudios anteriores, el ejercicio no supervisado emerge como una alternativa práctica y prometedora para aquellos que enfrentan limitaciones en su acceso o participación en programas supervisados.
Intervención supervisada vs. intervención no supervisada
Para abordar esta cuestión crucial, se llevó a cabo una revisión sistemática y un metaanálisis que incluyó 34 estudios y 2,830 adultos mayores de 60 años. Este análisis comparó la seguridad, la asistencia y la eficacia del ejercicio supervisado frente al no supervisado en la mejora de la función física y el bienestar en esta población. Los resultados revelaron que el ejercicio supervisado demostró beneficios significativamente mayores, especialmente en la fuerza de la rodilla, en comparación con el no supervisado. Además, se observaron resultados más favorables cuando los participantes completaron al menos el 66% de las sesiones programadas.
A pesar de estos hallazgos, ambas intervenciones demostraron ser seguras, con tasas de asistencia comparables, lo que sugiere que el ejercicio no supervisado puede ser una opción viable para mejorar el bienestar físico en aquellos casos en los que el ejercicio supervisado no sea factible.
Comparación de resultados y conclusiones
La evidencia recopilada de los 34 estudios y el metaanálisis arrojaron luz sobre las diferencias entre el ejercicio supervisado y no supervisado en adultos mayores. Si bien el ejercicio supervisado mostró una mejora significativa en la fuerza de la rodilla y otros aspectos de la función física, el ejercicio no supervisado también demostró ser beneficioso y seguro. Esto es especialmente relevante en situaciones donde la supervisión no es factible debido a limitaciones físicas, económicas o de acceso a instalaciones deportivas.
Es importante destacar que la efectividad del ejercicio en adultos mayores está estrechamente ligada a la consistencia y adherencia al programa de entrenamiento. Los participantes que completaron al menos dos tercios de las sesiones asignadas experimentaron los mayores beneficios, independientemente de si el ejercicio era supervisado o no.
En conclusión, mientras que el ejercicio supervisado sigue siendo la opción preferida en términos de resultados óptimos, el ejercicio no supervisado ofrece una alternativa valiosa y accesible para mejorar la función física y el bienestar en adultos mayores. Esta investigación subraya la importancia de adaptar los programas de ejercicio a las necesidades individuales y la disponibilidad de recursos, siempre con la orientación de profesionales de la salud.
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Como lo revela este artículo, el ejercicio físico supervisado y no supervisado ofrece beneficios significativos para adultos mayores en términos de mejora de la función física y bienestar. Este estudio resalta la importancia de programas como el nuestro, que no solo abordan la relevancia del ejercicio físico, sino que también profundizan en la gestión deportiva y el entrenamiento especializado. Nuestra Maestría en Actividad Física: Entrenamiento y Gestión Deportiva ofrece una combinación única de teoría y práctica, preparando a los estudiantes para liderar en la industria del deporte y la actividad física. Al unirte a nuestro programa, tendrás la oportunidad de explorar en profundidad cómo el ejercicio puede mejorar la calidad de vida de las personas mayores, al tiempo que adquieres habilidades de gestión y liderazgo que te destacarán en tu carrera profesional.