Durante el envejecimiento, las transformaciones físicas pueden afectar el acondicionamiento, facilitando caídas y fracturas.
La pérdida física y cognitiva resultante del envejecimiento puede variar entre personas, ya que diferentes aspectos pueden interferir en este proceso fisiológico.
Pero es común desarrollar una fragilidad que puede afectar la salud en la vejez y, por lo tanto, la vida práctica del día a día. Algunas acciones como sentarse, levantarse de la cama, subir y bajar escaleras pueden resultar difíciles si no se toman algunas medidas preventivas.
Uno de los factores preventivos es la práctica regular de actividad física. Los estudios han demostrado que el ejercicio puede m contribuyen a retrasar esta debilidad y reducir los impactos sobre la salud de las personas mayores.
Lo ideal, recomendado por las instituciones de salud, es que la práctica se adjunte a un profesional especializado en actividad física para la salud, con el fin de desarrollar un plan de ejercicio que funcione para cada persona.
Entre estos planes de ejercicio, la OMS recomienda trabajar con la masa muscular como estrategia para estimular la fuerza física. La constante actividad desarrolla habilidades para el cuerpo a responder de la manera gradual los requisitos de activación. La vascularización y el fortalecimiento de las fibras musculares pueden disminuir el proceso de fragilidad, la actividad física es frecuente, según corresponda.
Otros beneficios que ofrece la actividad física a las personas mayores son el cuidado del sistema nervioso, al trabajar la plasticidad cerebral, a través de ejercicios de coordinación rítmica y motora, y la mejora de la calidad del sueño.
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Fuente: Contra la fractura de cadera: encender la luz y trabajar la fuerza
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